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Astrid y Gastón (Madrid)

4 noviembre, 2007

Madrid vive un período dulce en cuanto a gastronomía se refiere. Son muchas las novedades de la capital, y además se transmite la sensación que todo se llena. Sin duda ese es el caso de este restaurante, que lleva ya casi un año entre nosotros. Lleno absoluto todos los días, a lo que probablemente contribuye lo exótico de la comida, el emplazamiento y el local maravilloso que ocupa el restaurante. Para los que no lo sepan aún, se trata de cocina peruana, bajo la atenta dirección de Gastón Acurio, el genio de la cocina peruana, que ahora toma posiciones en el competitivo panorama gastronómico de Madrid, y lo hace en uno de los mejores locales que hemos visto recientemente. 
La carta, ininteligible, llena de platos de descripciones kilométricas que no sirven para aclarar nada. Así que si no somos expertos en cocina peruana, habrá que intentar ponerse en manos del maître. Resulta curioso eso sí que éste desaconseja inmediatamente el menú degustación. ¿Para qué lo tienen entonces?
De aperitivo nos ofrecen un pan caliente (que pese al anuncio, llegó frío) con dip de queso y especias.  Seguimos con un tartar de mero con chip de papa morada. El tartar estaba muy rico, con el mero muy fresco y sabroso. Los ceviches y los tiraditos son la estrella del restaurante. Nos recomendaron un clásico ceviche de corvina con maíz tostado y batata asada. ¡Exquisito! Recomiendo comerlo con cuchara, para poder degustar bien la salsa que lo acompaña, con suaves notas a cilantro y cítricos. 
Como segundo entrante nos insistieron mucho en pedir las croquetas y las patatas. Croquetas de yuca con queso y patatas cocidas con salsa huancaína. Tremendo. No pudimos más que probarlo. Las patatas heladas y mal hervidas. Las croquetas, chiclosas, formaban una bola que no había quién tragara. 
Entre los segundos, nos volvimos a dejar recomendar, y probamos un ave y un pescado. El ave, un ají de gallina con papas doradas, huevos de codorniz y salsa de aceituna. Rico de sabor, aunque demasiado pesado. De pescado, un atún sellado con pastel de boniato. El atún, pasado de cocción, quedaba muy seco. La mezcla con el pastel de boniato no aporta nada; al contrario, mata el sabor del atún y ofrece un resultado dulce que nada tiene que ver con lo que se espera del plato.
Para beber no nos aventuramos con la carta de vinos, y nos centramos en los pisco, el pisco tradicional (€ 12) y un muy recomendable pisco de maricucha, mucho más suave y afrutado (también € 12). El servicio correcto y atento, aunque demasiado frío. 
Mucho he oído de este restaurante en los últimos tiempos. Ahora parece que la cocina peruana es una de las grandes cocinas del mundo. Siento discrepar, aunque no tengo nada en contra de ese maravilloso país que es Perú. A mi personalmente Astrid y Gastón me decepcionó, y no es un sitio al que me apetezca volver. Menos, después de haber pagado casi € 80 por persona por la cena que aquí describo. Pero como siempre digo, para gustos, los colores…
Datos prácticos:
ASTRID Y GASTÓN
Pso. de la Castellana, 13
Madrid
Tel.: 91 702 62 62
Cierra domingos y festivos
Precio medio: € 80
Dispone de dos salones, uno en el piso superior para fumadores, y el de no fumadores en el piso de abajo, al que se accede mediante un par de pequeños escalones. 

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